viernes, abril 21, 2006
No leer esto 8(Tele-dependiente
Tengo mucho sueño pero me niego a dormir...ya es una verdadero sufrimiento el acostarme y apagar la luz, pero no así la tele. No puedo quedarme dormida sin apagar ese maldito aparato. Soy una tele-dependiente. No puedo conciliar el sueño sin bulla ni luz. ¿Cómo lo habrá hecho la gente hace 200 años atrás?, dudo que hayan tenido este problema. No teníen noción de la electricidad, menos de una caja en la que aparecen personas en miniaturas.
Me he enterado de muchas cosas últimamente. No sé si estas cosas me alivian o me frikean. Son cosas que deberían hacerme despertar y dejar de vivir en un mundo que no existe. Son noticias que al escucharlas son como pequeños trozos de vidrio que se incrustan en mi pecho y en mi cabeza por algunos minutos, pero que después mi sistema de inmunidad los bloquea. Los elimina, les baja el perfil. Pero que no tiene la capacidad de borrarlos para siempre. Cosas que vienen a mi cuando menos lo pienso. Llegan en momentos en que estoy riendo por alguna estupidez, y de pronto ahí están...aparecen, pero no dejo de reír. Me engaño a mí misma y río encima de mi desgracia. Le tapo la boca con fuerza hasta asfixiarlos.
Quizás es por esto que no puedo apagar la tele en la noche, y quizás por eso mismo es que cuando entro a mi pieza, lo primero que hago es prenderla. Comienzo a pensar estupideces cuando todo está en silencio. Estoy sola, pero me niego a que mi mente trabaje por sí sola. Combato contra ella con luces y sonidos, la confundo, la hago descansar, la drogo...
De esta manera, estando mi mente manipulada y lista para obedecer mis órdenes, hace lo que yo quiero. En vez de pensar en esas malditas cosas, piensa y trabaja en pro de un programa estúpido, o de una serie gringa aún más estúpida, que por ser tan estúpidamente estúpida, la dan a las 3 de la mañana.
Soy una tele-dependiente. La tele es mi mejor amiga a la hora de hacer mis planes contra mi mente. La mayoría de las veces ganamos, pero otras en las que el sueño me derrota, debo aguantar que mi cabeza tome vida propia y me haga pensar en esas cosas que mantengo escondida... obligándome a reflexionar, a darle vueltas, a repasar una y otra vez capítulos que no quiero volver a ver.
No soundtrack
Me he enterado de muchas cosas últimamente. No sé si estas cosas me alivian o me frikean. Son cosas que deberían hacerme despertar y dejar de vivir en un mundo que no existe. Son noticias que al escucharlas son como pequeños trozos de vidrio que se incrustan en mi pecho y en mi cabeza por algunos minutos, pero que después mi sistema de inmunidad los bloquea. Los elimina, les baja el perfil. Pero que no tiene la capacidad de borrarlos para siempre. Cosas que vienen a mi cuando menos lo pienso. Llegan en momentos en que estoy riendo por alguna estupidez, y de pronto ahí están...aparecen, pero no dejo de reír. Me engaño a mí misma y río encima de mi desgracia. Le tapo la boca con fuerza hasta asfixiarlos.
Quizás es por esto que no puedo apagar la tele en la noche, y quizás por eso mismo es que cuando entro a mi pieza, lo primero que hago es prenderla. Comienzo a pensar estupideces cuando todo está en silencio. Estoy sola, pero me niego a que mi mente trabaje por sí sola. Combato contra ella con luces y sonidos, la confundo, la hago descansar, la drogo...
De esta manera, estando mi mente manipulada y lista para obedecer mis órdenes, hace lo que yo quiero. En vez de pensar en esas malditas cosas, piensa y trabaja en pro de un programa estúpido, o de una serie gringa aún más estúpida, que por ser tan estúpidamente estúpida, la dan a las 3 de la mañana.
Soy una tele-dependiente. La tele es mi mejor amiga a la hora de hacer mis planes contra mi mente. La mayoría de las veces ganamos, pero otras en las que el sueño me derrota, debo aguantar que mi cabeza tome vida propia y me haga pensar en esas cosas que mantengo escondida... obligándome a reflexionar, a darle vueltas, a repasar una y otra vez capítulos que no quiero volver a ver.
No soundtrack